En la orilla de la playa, caen lentas las olas, refrescando tus pies y como un imán la sal los esponja.
Salen pensamientos que caen, escondiéndose en las caracolas, de tantas aventuras pasadas, de tanto calor anudado en tu espalda y del frio de tu garganta.
Mirando el mar, te diluyes en el agua salada, el tiempo no existe, solo la playa y tu ahora en su agua, no hay ruidos solo el chapotear, si la mar está en calma.
Nada tu imaginación, levantando espuma, vistiendo a tu mar en calma, de una alegría inusitada y alborotada.
Tienes una fiesta, a la que están invitadas tu razón ahogada y tus fronteras que han sido aniquiladas.
No hay quien te hunda, estás como pez en el mar de tus entrañas, bailando con las olas.