Lluvia escandalosa, cayendo fuerte, en los lagos y mares de tu interior.
Cada gota un segundo de tu vida que es lanzada a la aventura, sino paras pasa fugaz, perdiéndose.
Se deslizan tan rápidamente, limpiando, lo inútil, lo nulo, decorando tus campos silvestres que estaban a la solana.
Gotas y gotas que revuelven asuntos, tocan verdades con su frescura, divisando un horizonte amplio y grande, corren y te recorren.
Despiertas y ves que eres agua, una ola te cruza de principio a fin, enseñando los tesoros que escondías sin saber.
Pareces el paraíso y lo eres.
Unas pequeñas gotas de lluvia te envían fragmentos que te quedan por vivir.
Con su fuerza mínima, tú vences al gigante sordo y ciego que vive en ti.