ZIG-ZAGS

Estás mirando por un agujero, donde los pájaros libres vuelan a su antojo gritando su libertad, haciendo juntos zig-zags, piruetas increíbles, acrobacias perfectas, como si siempre hubieran estado preparados para eso y llenándose de una energía imparable y limpia entre unos y otros.

Por eso un impulso crece en ti, eres uno de ellos, respiras y de pronto vuelas con ellos, sientes el viento, la libertad pegada a tu cuerpo queriendo contagiar al mundo de lo que realmente merece tiempo.

El agujero se cierra y estás dentro o fuera, no lo sabes, si eres pájaro, si eres viento, si eres una invención propia o algo late y late y te descubre, el giro que escuchas en sueños.

Tierra, firmamento, estrellas, volcán, locura, ancestros pero ya sabes que no estás, donde no quieres, saliste y vuelas cuando eres el diamante en bruto y tu cabeza no pesa.

Despertando

Extiendes tus dedos hacia el sol, hacia el cielo, hacia el amor y tus manos entrelazan otros dedos formando oleadas inseparables que sienten los latidos de la tierra, que llegan a tus sienes, que se abren al mar de pensamientos formando remolinos que centrifugan lo inconmensurable de la vida.

Es tan bello el descubrimiento, tan real que no entiendes como no lo viste antes, si estaba ahí sin más como las cosas sencillas.

Si un olor a campo tras la lluvia, con espigas donde se refleja el sol y que son puntos de luces cosiéndote por dentro.

Cada hilván una respiración en la que crujen los huesos que descubren una nueva vida.

Eres una amapola al viento que canta una canción, quizás parece débil pero su color destaca por alguna razón.