Un sonar dentro de ti, al que tienes que estar atento, nunca agazapado u oculto tras marañas de tareas y tiempo.
Es un latir de olas en calma, en el paraíso, cuando llegaste a aprender la cantidad de posibilidades que pasan ante ti todos los días.
Por eso estate estando en tu estar luciente, vivo, observador.
Ser, estar y sentir la inconsciencia contenida que te lleva hacia el mar profundo donde lates como un eco hacia una infinitud nueva e inesperada.
Movimiento, luz, vida, entre la niebla…te sorprende el canto de un pájaro ¿quien es? Quizás tú enjaulado, con la llave colgando de tu cuello de cisne.
