LUZ

Crece el oleaje, embate el mar a las duras rocas y entra el agua por infinitud de huecos, refrescando y aliviando.
La sal pica de intenciones, que de posibilidades pasan a certezas, como diamantes en bruto.
Fluyes con el agua, te dejas llevar, no hay resistencia y ves nuevas rutas, idílicos parajes y un saber estar con la vida fresco, infinito, inmenso.
Puedes con todo, hay luz en tus más intrínsecos pensamientos, después de la ardua batalla.
Te reconcilias con tus menesteres, con tus formas, contigo principalmente.
Creces tras la fiebre y en la orilla con la marea baja ves el infinito mar ante ti.

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PRIMAVERA

Subiendo por la ladera de la montaña, descubres flores que no conocías, únicas en su especie.
Despiertan en ti luces nuevas por las que andar y te invade una gratitud infinita.
A veces caen piedras que ruedan y las golpean pero su fuerza y raíz las hace crecer siempre de nuevo pase lo que pase, con tal esperanza que recolocan tus huesos al respirar.
Y te ríes de las caídas porque en su malestar siempre hay tesoros escondidos, perlas variadas, puertas que se cierran para abrir otras.
Así cruzas el umbral de lo desconocido y la primavera nace de nuevo, sus colores te hacen jugar con las mariposas que salen por doquier de tu cabellera, de tus manos, de tu pecho impulsadas por tu corazón.

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SUEÑO

Zumban las abejas contando los pasos a seguir para alcanzar ese sueño que tanto se repite.
Enmascarado durante el día y por la noche tan intenso que te hace despertar.
Pinceladas tenues, luego cada vez más anchas y la conversión se produce a toda escala.
Saltan los postigos y un aire nuevo lo inunda todo…
Respiras y respiras, no quisieras despertar pero el día está llamando.
Recoge las mochilas con todo el material y así podrás recordar ese sueño pegado a tus pestañas que ya es y no puede parar.

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Camino

Luces en lo alto, en el caminar del día y los píes se enfilan hacia el sol.
Un nuevo cosquilleo los mantiene encendidos y despiertos, exuberantes de pasión hacia un sueño limpísimo sufragado en el corazón.
Huellas impecablemente únicas, tan frescas que dibujan escenas oníricas siempre soñadas, allí dónde nadie puede entrar, donde los espejos reflejan esa versión no manipulada tan tuya.
Caen ante ti tantos muros que eres el aire, que se cuela por los entresijos y avanzas con tus píes enfilados al sol sorprendentemente hasta tu «Ítaca».

nubes de colores 22 de mayo 2016