Te repliegas en el silencio inusitado, para poder ver y escuchar el tamborileo de la naturaleza, sus sonidos despiertan ecos en ti que te hacen conectar con la importante causa de tu vida, de la tuya y la de todos.
El águila ante ti se despliega y recorre el cielo, libre y en paz, sus sonidos guturales arrancan en tus poros una fuerza que te despierta y allí en medio, una brecha, un camino se abre ante tus ojos. Sí, el viento te cuenta un secreto que entre las copas de los árboles te lleva a la raíz.
Silba tu nombre, al verte escuchar con esa atención que antes no tenías, ni de ti, ni de otros. Eres una semilla única en este universo.
Silencio, cielo, alas, ahora es el momento.
