Conchas en la arena que levantan el murmullo de tu voz y se cuelan en mi cabeza como olas encrespadas, removiendo la resaca de tiempos pasados, alcanzando los bastiones empedrados de mi corazón, que querían una muralla, pero nada se puede cuando el agua embate y sacude con la fuerza del amor.
El orgullo cae hecho añicos, lo bueno es que soy libre de las ataduras impuestas y puedo volar a mi antojo sin que nadie me detenga.
Ahora soy la ganzúa que abre las puertas oxidadas y te digo que puedes recolocar el puzzle de adivinanzas y ver que encajas dentro de mi, sin más, tan tú…
Ven, seamos el verso libre, la canción eterna, el dulce sonar de las olas en nuestra playa.

Detrás de tu figura, detrás de pensamientos, en el escondido eco de tu canción lates con todo tu esplendor.
Abrazas el universo en tus manos y de allí crecen diminutas margaritas a cada uno de tus pasos, cantando tu canción.
No hay lamentos, respiras y por doquier la sabia naturaleza te cuenta sus secretos que son tan suyos como tuyos.
Y al moverse las copas de los árboles, algo nuevo cimbrea con fuerza.
El amor se cuela, te inunda, desaparece lo pesado y eres el viento que en un instante está en lo alto de la montaña.

Hay un hilo allí perdido que se desvincula del resto y se enhebra cerca de sitios distintos, hasta ahora desconocidos buscando otro impulso.
Es de otra madeja y ahora te das cuenta que está.
Es un mirar con otros ojos y ves cascadas de agua donde antes la tierra era yerma.
Es un sentir de latidos con la música de las hadas y duendes de tu profundo bosque que a veces te asusta, por no seguir lo predecible.
Una energía inmensa que te eleva hacia la montaña soñada, que de pronto pierde altura y ya no necesitas botas pesadas, solo tus pies descalzos, sintiendo el inmenso regalo de la vida al andar.

En el esplendor de la hierba crece una alegría que se cuela por los poros con un frescor rebosante e intenso.
Antenas se levantan que no conocías, que atentas revelan en nuevas frecuencias mensajes que hacen latir al corazón diferente.
Es un eco antiguo de verdades que se despiertan y cuentan el cuento de la vida que se desenvuelve por donde tú quieres.
Entre la hierba crecen las gotas de rocío tan reales que riegan la presencia del momento y ves claro lo que hay que hacer.
Un paso y ganas, mas pasos y se abre la coraza y la confianza hace crecer las flores en esta primavera tan soñada.