Corre un viento fuerte que se contrapesa con un sol caliente después de la nevada, cielo azul intenso entre nubes blancas y un silencio natural lo invade todo, cuando el viento afloja totalmente.
Se recrean los ojos, los pulmones se llenan de blanco, azul y el verde intenso de campos, en la incipiente Primavera que se atisba ya bajo la tierra.
Cantan tranquilos multitud de pajaritos suavemente, mientras te meces entre la naturaleza que algo te está susurrando, quizás puedas dibujar nubes con tus dedos y en los poros de tu piel quiere que salgan margaritas, entonces increíblemente te conviertes en una de ellas y mientras charlas con los pajaritos.
Ahora eres uno de ellos y vuelas a uno de los árboles de la carretera solitaria, el cielo perfecto azul te llama y vuelas en bandada con el resto respirando la abundancia en una mañana que regala luz, calma y vida de verdad, impregnada de una sencilla y gran paz.
