Corazón incandescente, tú latido suena bello es la sinfonía de la vida, necesito escucharte y no callarte, ni amordazarte.
A veces camino hacia ti entre la maleza de una selva espesa, con machete y prisas quiero llegar, pero entonces todo lo que corto crece más deprisa y no avanzo, al contrario unas raíces atrapan mis pies y me estanco. En ese momento intento serenarme y respirar, siempre respirar y entre los huecos de la selva vuelvo a escuchar tu latido y desaparecen la maleza y las trampas que atrapaban los pies.
Y voy hacia ti de nuevo, poco a poco, desnudándome, liviana y ligera. Crecen preciosas flores perfumadas en el camino y aunque haya días con ampollas en los píes, no pasa nada, el foco en ti todo lo salva, mi corazón, tú corazón, nuestro corazón.
