ESCUCHA

Corazón incandescente, tú latido suena bello es la sinfonía de la vida, necesito escucharte y no callarte, ni amordazarte.

A veces camino hacia ti entre la maleza de una selva espesa, con machete y prisas quiero llegar, pero entonces todo lo que corto crece más deprisa y no avanzo, al contrario unas raíces atrapan mis pies y me estanco. En ese momento intento serenarme y respirar, siempre respirar y entre los huecos de la selva vuelvo a escuchar tu latido y desaparecen la maleza y las trampas que atrapaban los pies.

Y voy hacia ti de nuevo, poco a poco, desnudándome, liviana y ligera. Crecen preciosas flores perfumadas en el camino y aunque haya días con ampollas en los píes, no pasa nada, el foco en ti todo lo salva, mi corazón, tú corazón, nuestro corazón.

Amigo

En la corteza tantos dibujos y cicatrices se atisban … pues en el interior habrá un mundo de juegos increíbles. Si como un niño jugando libremente con la vida, con sus amigos al pilla-pilla, sin prisa gozando del instante, amando el momento, haciendo figuras de arcilla manchándote las manos, sí no pasas de puntillas sino con esa fuerza tan real y grande de tu interior. Eres el hechicero de la tribu, el fuerte escarabajo capaz de transportar la bola más grande de barro para hacer camino.

El viento sopla a favor, dame tu mano y andemos, que fácil porque voy contigo y juntos nos enseñamos y aprendemos, respetando el profundo mundo interno que late en cada uno.