¿Amas al amor? o ¿es el amor el que te ama a ti, amor?

Con un suspiro, que vuela en el viento, se descubre el enigma, que rompe las mayores piedras.

Por eso nunca se oxida el amor, por mucho que llueva, siempre sale el musgo esperanzador.

Nace y renace en cualquier lugar, mueve y remueve la tierra desde el ombligo hasta el sol.

Danza regalando flores, en las noches de negras sombras, encendiendo la lámpara de la luna, sino escuchas su canción.

Sus semillas escondidas te enajenan de vida y los alacranes del desierto, ahora son flores que arropan las frías noches.

Es el amor un bastión, si lo descubres ganas los pulsos y los grilletes caen dejando tus manos libres.

Amas el amor.

Inquietante atrevimiento, puede que algunos no lo entiendan, esto del amor amado y amar, como comer y beber, como reír al sol.

Amar al amor es partir tus ramas y hacer candela con tu corazón y el siempre danza a tu alrededor.

Hay una pasión en las ondas del agua, en el lago donde las ninfas te aguardan.
Si miras corriendo no podrás apreciarla.
Está con tus pensamientos de invierno, naciendo en esta primavera dorada.
Cuando notas detrás de tu espalda, una caricia que despliega tus alas, la pasión se enciende en tus ojos y tus manos liberan cientos de mariposas encerradas.
Ahora vuelan libres, con pasión, hacia el tesoro escondido en la playa.

Un centinela mira las estrellas, para que no se le escapen ninguna de ellas.
Cada una le cuenta un secreto, que no puede desvelar, hay tantos sueños hilados en el cielo.
Ellas saben de todos los ojos y de sus anhelos, aunque no sean fugaces, su brillo emana todo lo cierto.
Esa esperanza enrollada en el cielo, cayendo a la tierra, hace despertar a los mas muertos.
Sonríe el centinela contando estrellas y en un suspiro llega el amanecer, donde se cumple, lo que se desveló anoche.

Nadas por tu mar interior, interno, eterno.
Peces de colores salen de tus cuevas mas recónditas, nadan libres, respiran en ti y sus burbujas salen a la superficie, guiñando un ojo.
Ese guiño, llega hoy aquí como un duende, que trae algo bueno entre los dientes.
Sí, esa manzana que esperabas morder siempre.
Su sonido remueve tu océano, ya no te ahogas, eres la gota de agua que te completa.
No busques fuera, los diamantes de tu cueva.

Dragones acostados en el borde del lago, esperando a danzar si los despierta una flecha perdida.
Una que recorre veloz varios días, buscando el fuego que los embrutece y anima.
El lago está en calma, la flecha busca la pelea continua, enlazando puntos donde no hay risa.
Si los dragones despiertan te ayudarán con esa flecha sibilina, aunque ella crea que de su lado se pondrían.
El fuego que en ellos habita recorre el mundo, limpiándolo de las flechas envenenadas que caen al pozo del lago, pudriéndose.
Los dragones despertaron y te dieron la oportunidad de mirarte en el lago y descubrir que tu fuego y pasión, no la apaga un mar.

Un misterio vuela en el aire, se abre la cremallera y nacen nubes de colores, con formas que te colorean desde que naces hasta que mueres.

Se cuecen tantas cosas en los subterfugios donde anidas, esperando a salir de ti como un geiser.

Cuando la luz te alumbra eres invencible, ninguna oscuridad puede contigo, mientras llega ese momento en el letargo tú te haces fuerte.

Inconmensurables olas ascienden todo tu recorrido, desde el profundo abismo, hasta el cielo azul donde vuelas libre y con duende.

Estiras tus brazos y abrazas lo que tú quieras.

Eres un gigante consciente de tu poder en esta noche de luna llena, donde lo secretos llegan como flechas a tu mente.

Saliendo disparadas a tu corazón, para ver si es verdad lo que sientes, eres un héroe.

Se escucha una quimera de sueños, deseos y antojos corriendo por el río.
El agua sigue su paso, resuenan en las piedras, las notas del canto lejano.
Los cantos del fondo saben que seguro llegas, que estás hecho de pinceladas mágicas que vuelan.
Todo da vueltas como la noria y se recolocan puntos de luz, formando estelas.
Un paisaje eterno el que sube por dentro de ti, abriendo todas tus puertas.
Las que tienen telarañas, por el poco uso,son las mas bellas.
!Ay la quimera¡ que a veces te parte en dos, pero al final se abren las puertas.

Enfocando con los ojos del amor se abren prodigiosos mares de aguas que nunca pensaste cruzarías.
Hay un cerezo en flor naciendo continuamente en tu corazón.
Es tal su olor que despierta pasiones, cuando bombea amor.
Ni la noche mas negra lo oscurece.
Las flores convertidas en estrellas, alumbran los rincones enrarecidos, contagiados por su olor.
Nacen ninfas por tus entresijos, por la tierra donde juegas con el sol.
Hay instantes que no pueden ser embotellados, al ser tus ramas creciendo para abrazar al mundo, con tus gigantes sueños.
La alegría corre por tus flores, convertidas en estrellas, no paran de sonreír al miedo que sale a la luz, rompiendo con la negrura.

Aún intento descubrir, si el fuego intenso que antes amanecía en mí por ti, alumbra aún.

No se pasa del blanco al negro en dos amaneceres aunque sean eternos, por el camino hay variedad de grises.

Dime si es cierto, que como las olas caen en la playa, tus pensamientos van hacía mi en serpentín.

En la arena de la playa, los que no se pierden en el agua forman dunas.

Debajo descansan los besos que nos damos, desde el rincón más dulce al más salado.

El viento en estampida remueve la arena, los versos se escriben por docenas, cada beso una rosa.

Encuentro entonces que existe esa llama que no apagan las olas, estamos sino es juntos en la playa.

Tú me arropas y me pierdo en tu mirada, atravesando todos los grises, gana el rojo al negro, par y pasa.

¿Cómo puede el cielo ser tan bello?

Tú sabes que está alto, pero ese mismo color refulge en tu pecho.

Canta un pájaro a lo lejos, contando los únicos secretos que te transforman en el héroe del cuento.

Una vida que sube y baja, pero que lleva perlas pegadas.

Si juntas las cuentas, el collar dulcifica los pasos de tu camino y te pone alerta.

Guardas este instante con amor, su impulso te convierte en tu hacedor, cuando tus hilos de colores te cruzan de punta a punta.

No sabías de esta aguja y ahora tienes un arcoíris que debes armar en tu corazón.

Dulces sospechas, ahora presentes y firmes vuelan al sol.