Dejas marchar, los miedos encapsulados, que se fraguaron en un pasado que ya pasó y del que aprendes de todas las muescas marcadas en ti, con polvo rojo carmesí.

Pegados estaban, llenos de moho, llevaban tiempo deshaciéndose en tu interior, adormeciéndote, como una droga.

Paulatinamente en los huecos, que te van dejando, crecen jardines en flor, huele a boj y al perfume divino, del que se sabe en camino.

Has encontrado una brújula, que te pasea por esos jardines y palacios que has construido, con tus  manos, antes de llegar al traspié del mármol blanco.

Eres un gigante despierto, conectado a otros que aún duermen en el suelo, por eso das palmas y cantas, por si mañana no te da tiempo a contar tus sueños.

Recítamelos, para que no se te olviden pues también hay que soñarlos con los ojos abiertos.

Gartenanlage – Park Keukenhof (beim Ort Lisse) – Niederlande – 20.5.1997 | flower exhibition – keukenhof flower garden (near the village of lisse) – holland – 20.5.1997 | [Klammet/mediacolors, eMail: office@mediacolors.com, Fon: +41-(0)1-400-40-65, Fax: +41-(0)1-400-40-67, Bank: HypoVereinsbank MŸnchen, Konto: 580 362 1529, BLZ: 700 202 70, IBAN: DE09-7002-0270-5803-6215-29, Veršffentlichung nur gegen Honorar, picture is not copyright free]

Quedan sin caer, algunas hojas del otoño, esperando a que sople el viento, cuelgan de las ramas, sabiendo cual es su momento.

Quisiera ser una de esas  hojas que  cuelgan de tu árbol, que te inspiran y laten tan dentro de ti, que no quisieras que llegara el viento y me hiciera caer al suelo.

Aunque todo son etapas, si cayera, la tierra me acogería en su seno y renacería de nuevo, por tantas vidas, como sopla el viento.

Aún así, quisiera contarte un cuento, en el que soy una hoja de tu árbol, tan pegada a ti que ni un huracán, me hace volar hasta que yo no quiero.

Tengo muchos argumentos, en sentir que soy parte de ti y de todo el universo, quizás el más implacable sea ese que te hace suspirar y coger siempre aire del viento, sujetándome y cuidándome.

No te preocupes, no soy frágil porque yo también soy el viento y vuelo a donde quiero, a donde me aman en este instante epicúreo y tierno.

Gigantes dentro de ti, que no conocías hasta ahora, te hacen salir de tu guarida y ver el sol que te calienta.

Aparecen ante ti subterfugios, dando escape a todos tus miedos y ansiedades.

Tienes tú todas las llaves que abren los canales de todo lo que late en ti, que está esperando a salir en cascada.

Que refresca todo lo seco y muerto, naciendo flores de cada uno de tus universos, es tan grande la primavera en concierto.

Que caen lagrimas para regar todos esos rincones tan tuyos y que palpitaban tan dentro.

Paradisiaco lugar encontrado con tus emociones y sentimientos, con una balanza que reunifica, el pasado con el futuro y tu andas por aquí en el instante eterno.

Charcos en el suelo, de una llovizna continua, que limpia, la negrura de los rincones oscuros.

Pisadas en esos charcos, con zapatos, pero los lanzas lejos y pisas la lluvia con tus pies descalzos.

Cae por tu cara, parece que lloras, tu sabes que no, que ríes en esta hora, donde los aspersores caen en la hierba de tu alcoba.

Crecen flores en tu garganta y salen por tu boca, cuando pisas la tierra y sientes su latir, en tu cabeza, en tu cuerpo, en tus venas.

Hay una fiesta, de colores, de arcoíris, de guitarras flamencas, cuando vibras con la lluvia y sus gotas te despiertan.

Gotas tan pequeñas, pero que unidas son el mar en tu cabeza, desapareces como el agua en la tierra, cuando está seca.

Llegas a esa profundidad, desconocida, lejana, eres gota en la tierra, que despierta.

Rompiendo olas en mi corazón, susurrando los bosquejos de tu amor.

Como si hubiera bebido una pócima, ando vagando buscándote con insolencia y pasión.

Levanto piedras, alacranes escondidos, casi me pican, para paralizar mi misión.

Aparecen buitres, que me buscan, mientras yo te busco a ti, con la intensidad que da el amor.

Con  destreza me escondo tras grandes árboles, que me abrazan con sus ramas, protegiéndome del peligro de buscarte en el extremo.

Me cuentan leyendas del bosque y entre tantas historias, apareces tú en el camino.

Nace la primavera, miles de flores, recorren mi cuerpo.

Tú no puedes verme, solo ves primavera.

! Mejor¡ por todos los lugares estoy, encendiendo tu amor, con la belleza de las flores y el olor a tierra mojada en tu corazón.

En el horizonte, un corazón volcánico es el sol, de rojo, naranja y bermellón.

Cuando lo miras tus ojos arden de pasión, encendiendo luciérnagas cuando la noche está oscura en tu interior.

Descubres caminos alumbrados por ellas, que recorren espacios cerrados antes a tu razón.

Vericuetos con pistas de tu vida, que resurgen fuertes, inmensos, galopando por tus praderas.

Naciendo sorprendentemente, desde el ombligo hasta la estrella más alta, que habla a la luna de luciérnagas encendidas por el sol.

Imponente pasión, cuando encuentras la frecuencia volando por todas partes, sea de noche o de día, hay un dulce latir.

Divisas el balcón de tus sueños, que despiertan y vuelan, hacía el mundo entero.

Nada se queda en casa, todo debe salir al cielo, a la luz, romper el hielo, armonizar con el universo.

Como flechas vuelan a lo que tanto tiempo estaba dentro, como una bola de nieve cada vez mas gigante y veloz, llegan a tu corazón de pleno, recolocando, naciendo, surgiendo.

Todo estalla es un volcán de lava, que arrasa con lo antiguo y viejo, no hay espacio, no hay tiempo, solo un instante, donde naces de nuevo.

Ahora haz lo que palpita en ti, en este renacimiento.

Y vuela, cuantas veces quieras al balcón, para despertar, si tuvieras que nacer de nuevo.

Puedes repetir, que siempre los hay nuevos.

Espuma en las olas, adornando los envites, de los anhelos que recorren tu profundo mar.

La arena corre desbocada, removida por estas olas gigantes que te alzan a  abrazar al sol derritiéndote en su amor.

Esperanza en el viento, contando leyendas de heroínas y héroes que siempre se levantan, caigan donde caigan.

Si todo está estático, crean terremotos, para que la arena dibuje en el mar, la rosa del viento y caen los pétalos, en cascada, en tu mar profundo y bello.

Cada pétalo es un día que te regala la vida, para elevarte en las olas, subir y bajar, la paz nunca está en los extremos.

Raíces conectando el silencio con el mundo exterior, subiendo la savia de tu canción, dando forma a tu vida.

Sonajeros buscando un concierto en tu corazón, aprovisionado con alacenas que guardan tesoros que quieren ver el sol.

Misterios en tu día a día, recortes de otras vidas que se van cosiendo lentamente a ti y te hacen mejor.

Sueños soñados, arrebatados de emoción, que lloran de alegría, saliendo con tus lágrimas, contando tu función, tu papel central, ahora que tus raíces conectaron con la savia de tu amor.

Vuelas, ya no hay eclipse, ves el sol.

Que libre es la alegría, que llega como un manantial de risas, empapando todos tus rincones.

Que pinta de arcoíris tu cielo y tu tierra.

Que exhala luz y hace brillar a los girasoles que miraban al suelo.

Está abrochada a ti y estalla como un sinfín de cometas en la playa.

Mímala por cruzarte en su camino, por ser tu diosa y tu mejor verdad.

Ese beso que te da, lo querrás toda la vida, bien lo sabes, por eso te embarga y te emborracha, sin vino, solo por amar.