Hay un sumidero en tu ombligo, donde se cae todo lo que reciclas y recompones, haciendo bellos, hasta los días más fríos, con la hoguera de tu hogar encendido.
Desaparece el engrudo y fluye la sangre con nuevos latidos, viviendo el presente, partes de cero hasta el infinito.
Un conjuro, está escrito en las piedras del camino, guiando tus pasos, hacia el lugar encantado donde suena un arpa, en un rio, allí se refrescan tus pies del polvo del camino.
Los nuevos latidos, te llevaron allí y tu sabes que es tu sitio, al recomponer los trocitos de tu corazón, que se unen de nuevo en el río, que desemboca en tu ombligo, en un ciclo continuo, como tu amor y el mío.