La luz de tus ojos alumbra la más oscura tiniebla, albergando la esperanza del día a día, colgado a tu espalda.
Pues la pasión te inunda, viendo lo que realmente mueve tus alas.
Un despertar ruge como un león en tu corazón, removiendo gigantescas piedras, que caen en cascada.
Resplandece la verdad, creciendo vigorosa tras las lágrimas que son saladas gotas de vida.
Y en el fragor de la tempestad gritas, después el silencio amoroso, para inundar todos los abismos.