Aún intento descubrir, si el fuego intenso que antes amanecía en mí por ti, alumbra aún.
No se pasa del blanco al negro en dos amaneceres aunque sean eternos, por el camino hay variedad de grises.
Dime si es cierto, que como las olas caen en la playa, tus pensamientos van hacía mi en serpentín.
En la arena de la playa, los que no se pierden en el agua forman dunas.
Debajo descansan los besos que nos damos, desde el rincón más dulce al más salado.
El viento en estampida remueve la arena, los versos se escriben por docenas, cada beso una rosa.
Encuentro entonces que existe esa llama que no apagan las olas, estamos sino es juntos en la playa.
Tú me arropas y me pierdo en tu mirada, atravesando todos los grises, gana el rojo al negro, par y pasa.