Como la tenue luz de una lámpara, se enciende un brillo en tus ojos que antes no estaba.
Resplandeces como las estrellas, ellas con su casa en el cielo y tu una estrella en la tierra, buscando tu senda.
No es la de los elefantes, la tuya está al sur, donde el sol como bola de fuego, arde.
Escuchando los susurros del viento, se desvelan secretos en la tierra cuando tus pisadas crecen.
Así tu corazón, mira el atardecer de hoy, donde es perfecta la imperfección, mas no importa ahogarse en el intento, abrazando todo lo que te encuentras.