Relámpagos centelleando en el cielo, alumbrando la caverna, dirigiendo sus puntas a incipientes sitios.
Levantando con su luz, el aislamiento, la mórbida dejadez, calambres que despiertan lo que estaba inanimado y vacío.
Comienzo de una realidad por escribir tan nueva y limpia que los pies hasta sin calzar quieren apresurarse hacia nuevas metas.
Heroínas y héroes dándose la mano y en esa caricia encuentran un único latir, avanzando juntos, cantando las notas que los conectan.
Es una canción de amor y paz en tiempos convulsos pero que inesperadamente une los corazones más pedregosos y del barro de la lluvia del relámpago surge un nuevo amanecer.
