Pies descalzos en la hierba sintiendo su frescor, sin pensar, sin nada que hacer, solo pensando en la sensación de libertad, mimetizados con la naturaleza.
Mariposas posándose en margaritas a su lado bailando la misma danza que bombea el corazón.
Turgentes amapolas naciendo ante los ojos al pararse el tiempo. Sí, ese estallido primaveral de enamoramiento prófugo que se separa del tiempo y donde solo existe lo amado.
En el cielo nubes esponjosas de azúcar que incitan a soñar que se unen y desunen como las piezas del puzzle de la vida.
Amada vida, que las semillas que se posan dentro vean la luz de este nuevo día que comienza en blanco a escribirse.
