Sé que quieres salir, sé que quieres ser más que un esbozo de un bosque de otoño húmedo y quieto.
Quieres impulsar las hojas que caen al suelo, como los pensamientos que rebotan, aunque algunos no son reales solo los ciertos, son los verdaderos.
Sí esos que te rozan y señalan más allá hacía el bosque frondoso, donde el viento envía las hojas que escriben tu cuento.
Y de pronto eres un árbol que anda porque en tu cuento eres tú saltando obstáculos bebiendo de el río que refresca tus verdades, volando hacía tu infinito interno, donde hay una luz al fondo en la espesura que dice tu nombre.
El árbol ahora es gacela, que corre intrépido y ves cerrar las trampas que te tenían preso.