Rayos de sol, para el que camina contento y victorioso por el devenir de la vida enfrascado en los latidos de sus sienes.
Que ve más allá de sus narices y descubre bellos campos de flores por doquier, que surgen enredando al corazón, ganando gestas sin parar entre la tierra y la lluvia.
Esa gota que despierta en su caída, tatuajes desconocidos en la piel, tan pequeña y certera.
Entrevelado amor entre los valles y montañas que puede con la dificultad, ahogándola en la lluvia intensa.
Calma después de la tormenta, con una primavera incipiente, inmensa y bella.