Esperanza soñada de la que cuelgan rosas exuberantes y frescas, por donde late el camino que va hacia el cielo.
Tambores tocando, perfilando una música ancestral que transforma la cabeza en puzzles totalmente nuevos.
Días intensos, despiertos con nuevos olores de tierras aún por descubrir.
En el zarandeo de los pasos se descubre lo cierto, lo onírico y estrellas fugaces caen a los pies, iluminando la noche.
Sabiduría de las piedras del camino cada una con su aprendizaje necesario y la luz penetra en el laberinto.
Pálpitos de las bellas flores que crecen, amando el momento.