Te busco en la noche, entre oscuras olas e incipientes verdades.
Bruma sumada a una oscuridad infinita, dónde no se atisba ninguna luz que oriente hacia la tierra soñada.
En el desenfreno de las olas el aliento se llena de escarcha que paraliza las cuerdas vocales y se ahoga la voz en la revuelta.
Manda una señal a esta embarcación que llora en sus ojos lo que el mar en tu acantilado, buscando tu luz.
A lo lejos en la difícil noche brillas, abriendo el mar a mi paso y navego hacia ti entre la tormenta.
Enormes rocas cierran el paso, pero tu luz alumbra el camino con la ilusión de llegar, hasta ti, encima de olas encrespadas.
Desde tus alturas ves el mar en calma en una primavera soñada pero no está noche, donde todo da vueltas a tu alrededor, donde debes dar todo de ti, si quieres tenerme en tus brazos.
Encarnizadas verdades cuando las rocas están a un palmo de la nariz y se ve la vida pasar efímera y altanera.
Una ola gigantesca me eleva salvando el peligro como si fuera un milagro, estoy contigo.
A tus brazos me abrazo, ya en la playa soñada, atrás queda la noche y un sol de primavera nos besa.
Nuestras huellas en la arena dibujan lo que late en el corazón.