Relucen en las olas brillos, que salen de las profundas sombras.
Manteles con puntillas blancas que remueven las entrañas, que enseñan insólitos caminos por descubrir.
Suben del fondo, impulsados por la marejada haciendo y deshaciendo, para en el equilibrio ver.
Agitando con su impulso fuerzas escondidas que recorren la orilla de la vida.
Sal en tu piel, que aviva el sabor y la luz del sol brilla emulgente, radiante, intensa como la vida que descubres, deshaciéndose las mazmorras de los castillos de arena y los miedos por el sumidero se alejan.