Recovecos en el cielo del amanecer eterno e interno, girando para ser atrapado por los ojos bellos.
Rastreando las llamaradas que palpitan humeando lo intangible, lo que corre tan libre por tu bosque, por tu cielo.
Debes saltar, para ver las estrellas de tu universo, con tanta luz la oscuridad cae al suelo.
La emoción cabalga sin freno y va directa a tu corazón que espera el choque, para con las gotas de lluvia, regar todo lo que se fragua y vierte en el pozo de tus sueños.
Los relámpagos que caen ven y cruzan senderos que te llevan al cielo.