Rubrican las olas en la espalda y en el pecho para que despiertes y respires, para que juegues como un niño.
En esta playa tan tuya donde van a parar todas tus suertes, las buenas, las malas y allí las conviertes.
Con tus manos modelas, esa arena que te hierve, en tus rincones y marismas.
Creas…
Hay castillos, hay montañas llegan las olas y desaparecen, para hacer solo lo que late en este presente.
Y late tu espíritu y las olas te besan por deshacer tu trabajo, por romper obsoletos esquemas.
Se abren canales por todos los rincones y todo fluye, no hay muros.
Solo hay perlas en el mar profundo.