Suenan las castañuelas cada vez que te acercas, con un sonar apasionado y los pies repiquetean, intentando llamar la atención.
Sí, la tuya, que me hace vibrar con el arpa de la emoción, parándose el tiempo.
No dudes tanto, escucha al viento, que te cuenta que las raíces se entrecruzan por la tierra, formando un mapa con los entresijos de tu corazón.
¡Oh vida! ¡Oh amor! ¿ No oyes el rumor? Se escuchan violines, hay fresas y chocolate en este jardín tan improvisado, para ver si despiertas.
No lo haces y acaba la noche, con este sueño clavado con chinchetas.