Tiemblan los mares deseosos de tu fuerza y coraje, como pompas de jabón se arremolina la marea en tu interior.
Escupes sapos y cerrojos que caen en la orilla de la playa provocando diques, pero tus olas los sobrepasan.
El agua salada recubre los espacios de tus ensenadas formando figuras, de lo que te incumbe y arrebata.
Te dejas llevar por el agua hasta las puertas de las entrañas donde conviertes las rocas en granos de arena, para que puedas caminar por la playa.
Has conquistado los límites que te aprisionaban.