Ingeniosos murmullos de tus ojos, abanicando a la vida, a tu ritmo, a tu antojo.
Si llega el huracán salen raíces de ti que te enclavan y creces hacia el cielo para dar cobijo a los pájaros de tus sueños.
Se ensortijan en tu pelo, gotas de lluvia parando la sed, refrescando estímulos que te hacen crecer.
Respiras el momento, bebiéndote el cielo con tus ojos.
Lo amas y al sentirse querido te regala, olas de sonrisas que suben corriendo a tu garganta.
Tú abierto al viento, al cielo escuchando lo que dice y tus pestañas suben y bajan libres.