Locura de intentos, jeroglíficos dentro, sin amor no hay vida.
Guían los pasos el fuego que arde como antorcha al viento, quemando la cautela, naciendo de nuevo.
Florecen en tu pelo amapolas, que guiñan silenciosas sus ojos, con esa caída que enamora.
Y relucen tus sueños y sigues convirtiendo la nada en el todo.
Locura de vida, encendiendo tus pasos.