En las cuevas de mis ojos, posas tus manos y gozo.
Eres un manantial que inunda mis pozos, los más profundos y todos.
Crecen en mi tallos de todas tus verdades, tan grandes y magnificas, que me rodean, despertando deseos escondidos tras las piedras.
Caminar contigo al lado es un arrebato, de olas que empujan a mi corazón contra las cuerdas del tuyo.
Hay sin razones, que te cruzan de lado a lado, mostrándote la virtud de soslayo, pero todo queda muy claro.