Copos de nieve, cayendo en tu espalda, de una nieve fresca y blanda.
Que despiertan pensamientos, de un invierno que busca el sol en sus entrañas.
Parpadean los ojos despertando de un sueño, ganando el pulso por saberte en lo cierto.
Corriendo a lo bello, sin correr, sino a paso ligero, para salvar las piedras que caen de la montaña a tu pecho.
Hay un halo en el viento, que hilvana la nieve, ese blanco, da luz a tus ojos, que brillan de nuevo.
Eres un copo cayendo lento al centro del universo, con la verdad fresca y blanca, no necesitas más en este momento.