A veces me resbalo y caen guijarros por mis montañas, algunos pequeños, otros son piedras grandes.
Van chocando con todo lo que se encuentran buscando su lugar, levantando polvo al pasar, pero al final caen a donde deben de estar.
Tantas veces caigo, tantas me levanto.
Menuda cantera me tocó por suerte.
Misterios de piedras preciosas, cinceladas por la vida.
me gusta mucho
Me gustaLe gusta a 1 persona