Nada es estático, todo circula y fluye dejando eso sí posos a su paso, revelando de esta inmensa realidad variables que encontrando su posición correcta te hacen avanzar.
La tempestad se calma, el ruido se disipa y el paisaje es tan bello que sabes que siempre estuvo ahí y la selva ahora se escucha lejana.
Avanza hacía la primavera, donde el manto de flores acolcha tu espalda, donde la lluvia cae serena para que veas la lentitud con que la naturaleza te escucha y espera.
Algo tienes que decir, desde que llegaste, de los pliegues, heridas y rozaduras se han ido haciendo callos para mostrar un espíritu, tú espíritu que ahora se posa en tu particular manta de flores. Realidad virtual o realidad intrínsecamente natural, como el primer grano de arena que empujó una hormiga, pequeña y valiente.
Nada es estático…ni lo que lo parece.
