Fuente, chorro inaudito de vida, refresco en la sed, unicidad interior, albergue y refugio de horas en la incertidumbre, estancia divina, índice del corazón, transmutación, ingesta necesaria, prolongación del camino y allí en ella te bañas encontrado al niño, al héroe perdido que se refresca, desaparece el quemazón y en la fuente el descanso es tan real que quieres invitar a todos los que por un instante la vislumbran, a probar.
Fuente, gotas del corazón que continuamente se revierten para empezar de nuevo, te caes, bebes y te levantas, con un espíritu nuevo y fresco, como un juego de niños.
¡¡Bendita fuente!!
