Un grito poderoso que desgarra vestiduras, que emerge enérgico, de los hilos más profundos del corazón y clama con estruendosa fuerza, rugiendo, envolviendo como un huracán desatado la sabiduría que de pronto te asalta y te eleva hacia un cielo infinito.
Se evaporan los miedos que colgaban como lastres del árbol de tu vida y caen perdiéndose en la hojarasca de este otoño que termina.
La lluvia se filtra en la tierra y la savia nueva despierta en una bella mañana soleada donde todo puede ser. ¿Te atreves?
Sólo observa y ese grito tuyo ya se grabó hasta en las piedras.
