Hay una vibración que anhelas, que te deslumbra como un rayo y atraviesa las cortinas del corazón.
Libélula que cruza el río a contracorriente, llenando sus ojos con la luz del sol, salpicada por la fuerza del agua, que observa las diferentes perspectivas, uniéndose en puntos equidistantes.
Salvaguardas esos pálpitos que son pistas que te llevan por un cimbreante camino que sigue vericuetos.
Un lobo te sigue y tú lo sientes tras tus pasos, sombra pasada que aúlla, cicatriz que pica donde tus dedos no llegan, pero que poco a poco te ha hecho avanzar, por un bosque tupido de pensamientos que salen a una pradera que debes abonar.
Elige sombra o elige paz, juega tus cartas, no dejes pasar la oportunidad, sigue a la mariposa que tras las cortinas está.
