Arrebato en el cielo de nubes colgantes de sentimientos, de catarsis, de momentos eternos.
No existe un mañana, solo un ahora tan intenso que te abofetea la cara para que despiertes y sientas en tus manos, la vida brincar como los peces corren por el agua y nadie los puede parar.
Abres las puertas de estancias cerradas que te descubren mundos nuevos, donde coges las riendas y puedes con tu caballo interno.
Y vas más allá donde siempre soñaste, donde estás en paz con el universo y tú corazón palpita enajenado, feliz porque sabes quien eres.