Caes en la inmensidad, rozando las copas de los árboles hasta el río de la vida, para beber todo lo que falta hoy por hacer.
Rescatando a la esperanza que impulsada por tu pasión desequilibra lo establecido y embate con furia contra ti que despiertas de tu letargo.
Te dejas llevar por su fuerza e impulso demoliendo las cadenas, avanzando como un gigante entre la maleza.
Esperanza bella que iluminas los valles, los riscos y todos los campos que atraviesas, tu don es la sonrisa que envuelve en los tropiezos y tragos más duros, narcotizando de amor el corazón.