Se detiene el tiempo cada vez que de tu madeja de pensamientos dejas al lado especulaciones y conectas con lo más intimo que como musgo está pegado a ese motorcito de tu corazón y en su humedad, entre la niebla atisbas lo realmente importante.
Ranúnculos, anémonas y abejas en una primavera que nace imparable y la música invade todos los receptáculos para impresionarte con su belleza.
Y naces, renaces y vuelves a nacer para hacer algo distinto, que late entre entre el musgo y huele a la tierra, a tu lado más salvaje demostrando los ingeniosos movimientos de la vida, siempre tan únicos.