Suena una preciosa música, los pies ligeros andan tras ella, no sabes si está dentro de ti o fuera.
Y de pronto el corazón late a su compás poseído de alegría y ambición por encontrarla.
Te paras y bailas unos pasos ancestrales que no sabes de dónde salen, emitiendo nuevos sonidos por tu garganta.
Ves tanta vida, que tu cuerpo quiere abrazar a todos los seres, para multiplicarla y así llegar a los lugares recónditos que vibran tanto en ti.
Sonríes tan enamorado, por saberte despierto.
La música sonaba dentro de ti y ahora te envuelve y te dejas llevar.