Incipientes olas en la marea de la cabeza que mueven recónditos lares.
Jaleo de espuma que despierta a ese dragón dormido y que observa con otros ojos nuevos caminos, listos para recorrer.
El corazón late y das ese primer paso, sintiendo esa fuerza que solo él tiene, elevándote por encima de montañas a esa escala superior, donde no hay circunstancias.
Ahora te fundes en la vida sin reproches, con dudas pero la aventura es apasionante, intrigante y tan bella que ellas mismas respirando se disipan.
Olas en la cabeza que en su embate dan empuje hacia la playa soñada, donde tú corazón se llena de sol, de luz, de amor.