Remando hacia el sol, hacia unos ojos que con infinitos brillos atraen la atención.
Un talismán que resurge con la fuerza de un volcán y que lleva en volandas hasta la más pequeña hormiga.
Huracán de amor que levanta en las olas pasión, despertando al dragón.
Ese capaz de elevarse por encima de circunstancias, de ganar batallas y siempre sonreir.
Su fuego enciende lineas apagadas que comienzan a funcionar y le dan a todo un sentido, donde todo se conecta.
Imposible no querer ser dragón.