Un comienzo ilusionado, luces de campanillas en la noche, removiendo la oscuridad.
Tintinean mandando palabras que entrelazadas hacen surgir al dragón provocando aún mas luz.
Imposible no ver, no dar pasos, no amar este instante efímero que vuelca sortilegios anudados a los puños de la vital lucha.
Donde hay barro al caer, al fondo un río para limpiar las heridas que se curan con amados besos que la vida regala.
Amas y creces siempre incesantemente.