Hundiéndome, en lo profundo de tu ser, nacen como aluviones intrépidas fuerzas.
Tantas verdades plantadas con infinitas raíces que quieren emerger y salir.
Y un fuerte viento expulsando lo inerte y lo zafio.
Sube el nivel de lo necesario que renace por piedras y guijarros.
El viento limpia tu ser y cuaja razones que aman todo en ti.
Esa calma capaz de ver los entresijos donde crecen las flores, donde cantan los pájaros de tu cabeza.
Impresiona nacer de nuevo y dar lo mejor de ti.