Semillas latentes naciendo aún con un inclemente tiempo.
No importa cuando el latido va más allá y cruza barreras infranqueables, elevando a los sueños que van colgados de su cuello.
Reverberan las flores que pintan con su color el abanico tuyo entero.
Suenan campanas que tocan el cielo, cuando se cruzan los vestigios que enlazan tantas señales.
El paraíso aparece sin más, tan victorioso como intocable.
Hay fiesta por la belleza del momento, que regala sus calientes rayos y te hace merodear por el cielo.
Sabes volar y no tienes alas, será que la pasión rodea el instante y entonces la risa crece como un geyser, hasta el infinito.