Quiero contarte que el consuelo de mis ojos es ver el amor detrás del umbral de la puerta que nos separa.
Que crecen olas impetuosas en el corazón, mezclando nuestras marejadas.
Renaciendo semillas postergadas, que infunden el apoyo necesario y que buscan el encuentro de nuestras miradas.
Nos encontramos y amamos en una noche diamantiada por estrellas fugaces haciendo pleno y con la luna los besos se escapan.
Alguien amasa el amor que nos atrapa, en nada estamos en casa.