Impulsos hacia la meta y entremedias aprendiendo de las hormigas del suelo.
En lo más pequeño e ínfimo descubres ranuras que te llevan al sol.
Sientes el hormigueo del corazón que cincela las perlas guardadas, detonando círculos.
Caen tabiques, caen puertas mostrando un universo nuevo, un son con el que tiemblas, rompiendo los muros.
Lanzadas las perlas de dentro a fuera, vuelan sin gravedad, sin problemas.
Llegan, a ese espacio donde se juntan el cielo y la tierra, donde la riqueza se desborda.