Zozobras en las olas, pero en su devenir encuentras la sal que te anima a seguir.
Sal de vida que escuece y enseña los secretos, que poco a poco despliegas.
Triunfa el mar profundo, que embarga hasta los ojos vidriosos.
Las rocas de la escena admiran tu entereza, porque de tanto chocar encontraste el sumidero.
Ese donde se hallan las sales, las algas y tus preciosas piedras.