Despegas en el intento de enlazar en un ovillo la imaginación categórica que te envuelve.
Deseable y apetecible todo lo que cruza la barrera de la seguridad, absolutamente insegura que envuelve capas antiguas.
Crecen chorrerones de agua, que limpian las negras lagunas, los escombros de luchas pasadas.
Tal es la criba ejercida que de tanta luz, caen barreras, se rompen los goznes que te atormentan.
Y se cuelan nuevos espacios, nuevas sendas, donde andas y el universo te admira y a tus píes se sienta, esperando ordenes.
El alivio crece inmenso y refulgen en ti las estrellas.