En un cielo sin fin, que resplandece con un brillo inusual, después de una intensa lluvia.
Despiertan las turbulencias, que estaban encadenadas y los miedos tontos se escapan.
Eres el halcón, que un día imaginaste y que latía en tu cabeza, que se atreve y se deleita con todo lo descubierto.
Que ve las entretelas, que la lluvia al mojar descubre, con las que se visten sus fuerzas.
Es tan ligero volar, sin alas, sin cuerpo, rozando el cielo.
Te miro y te sigo, contigo me atrevo.