Cae la noche, salen las estrellas para iluminar los sueños y canta la lechuza impertérrita, por lo que va a acontecer.
Soñando se para el tiempo y ocurren tantas escenas, que el día olvida al amanecer.
Un sueño encantado, lúcido donde la luna baña con su luz, un río que de tan plateado, los peces brillan. Sueños que por la noche saltan por el río y el más atento de los pescadores los añade a su corazón.
Latiendo en lo más profundo, con sutiles notas que despiertan lo que estaba dormido.